ME PREOCUPA



Logró lo que toda presentadora o presentador del clima desearía: ser visto por millones de televidentes en todo el mundo y hacer viral su intervención en el segmento del servicio meteorológico en un canal de televisión francesa. Se trata de Mélanie Ségard una joven de 21 años de edad con síndrome down, quien hizo público su deseo de estar ante las cámaras de alguna televisora para dar el pronóstico del tiempo con la única intención que mostrarle al mundo que “soy diferente, pero quiero demostrar a todo el mundo que también puedo hacer muchas cosas.” Fue la plataforma de Facebook en la que se apoyó para pedir el apoyo y voto de los followers o seguidores de su página pública. Y su primer objetivo lo alcanzó: cien mil ‘likes’ o ‘me gusta’ que motivaban e impulsaban la iniciativa de ver Mélanie en la pantalla chica. De entre todas, fue la cadena de televisión pública France 2 quien tomó en serio la propuesta y la llevaron a la realidad. La aparición de Mélanie Ségard se hizo posible el pasado 14 de marzo y fue un boom televisivo además de ser tenencia en redes sociales. Nathalie Rihouet, jefa del servicio meteorológico de France 2 dedicó cuatro días en dar instrucción y consejos para desenvolverse ante las cámaras y manejar el característico croma verde que se ocupa para mostrar la información del servicio meteorológico. Rihouet, comentó que a pesar de conocer que Mélanie no sabe leer ni escribir, la intención de la participación en el segmento del pronóstico era que se sintiera integrada. “Esto es lo que hice, por fin soy una chica del tiempo” dijo Mélanie. Por esos días muchas sino es que todas las comunidades y/o asociaciones que atienden a personas con síndrome de down se sintieron como pavorreal, y cómo no, destacar, sobresalir y encima ser tendencia en redes sociales, en plena era digital, no solo te visibiliza ¡te cotiza! Y por ende los bonos o expectativas en los chicos con esta condición se elevan. Me preocupa. ¿Qué no deberíamos celebrar la vida de los chicos con síndrome down desde su nacimiento? ¿Deberíamos estar con una actitud de contemplación o espera para conocer el talento superdotado de nuestros chicos y entonces acaparar las miradas? ¿La celebración del logro alcanzado, tendría que venir junto a reflectores y aplausos? ¿Los avances diarios, los cotidianos no son dignos de festejo, de júbilo? Muchos conocidos y extraños compartieron el video de Mélania, con mensajes como: “Claro que pueden…” “Son maravillosos…” “Son extraordinarios…” “Apoyémoslos…” sin percibir lo fácil que es subirse al barco que va viento en popa y dejar en el olvido la oportunidad de reconocerles e incluirles en los espacios de nuestra sociedad, de nuestra comunidad, de nuestro centro laboral, de nuestra escuela, de nuestra comunidad ¡de nuestra familia! Primero Persona.


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