Columna Primero Persona
Por: Verónica Rocha
La tercera es la vencida, reza el
adagio popular y en el tema de la inauguración del Centro de Autismo en Torreón
se cumplió. Fueron en mayo y otra en junio. Se extendieron las invitaciones a
los representantes de la sociedad civil, mismos que fueron desinvitados pues se
posponía el evento por causas que no se daban a conocer.
En la del mes de mayo pocos días
antes de las votaciones, más de un mal pesado (o bien pensado) le veía
cuadratura al pensar convencer a los electores indecisos o que deseaban
castigar a la administración actual. Ni una cosa ni otra, simplemente no se
llevó a cabo. Fue ahora en el mes de septiembre que se cristalizó la ceremonia
de ianuguración.
Hace dos o tres informes, DIF Coahuila
lo mencionaba, primero como una idea, luego como un proyecto; posteriormente
citó algunas dificultades de presupuesto. Cada vez comenzó a tomar más fuerza
el run run que sería una escuela, luego un centro de investigación, el primero
en su tipo en el país y con ello Coahuila se pondría una estrellita en la
generación de acciones en favor de la población con autismo.
Es un organismo descentralizado, con
relación directa de DIF Coahuila y no de la Secretaría de Salud, para darle un
carácter más integral. Además se firmó un convenio con la Universidad Autónoma
de Coahuila para abonarle al tema de la investigación. Por fin ¡Habemus Centro
de Investigación y Atención del Autismo en Torreón!
Luego de la alegría y las
palmaditas en la espalda de felicitación vienen las preguntas, las interrogantes,
los faltantes pues. Al realizar el recorrido en el nuevo Centro de Autismo, nos
percatamos que en el recibidor o recepción no hay (o al menos no estaban)
sillas, sillones o muebles que indicaran que ahí estarían ubicadas las mamis
que llevan a sus hijos a terapia ó ¿dónde creen que van a esperar la señoras por
50 minutos que dura la sesión? Una idea que me viene a la mente es pensar que
mientras tanto, las mamás estarán en otro cubículo recibiendo atención psicológica,
que bien la merecemos ¡nos urge!
Otro faltante que notamos fue el
espacio para el grupo de escuela para padres, donde se les dé esa plática de
inducción al autismo o al asperger, qué es aquel diagnóstico que llegó a
nuestras manos, en pocas palabras qué es el autismo y qué no; y los retos y
desafíos que debemos conocer en cada etapa de la vida de nuestros hijos con
esta condición.
Pensar en el círculo de contención
también para padres, o dónde piensan que podremos compartir y discernir aquel
episodio bochornoso en el restaurant, en el parque o la escuela...y qué me
dicen del apoyo y acompañamiento tan necesario y vital para los hermanos, ellos
también viven y conviven las 24 horas los 365 días del año con el autismo de su
hermano y todas sus implicaciones y complicaciones. Así pues, nos falta el
universo, menos lo que ya está.
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