Columna PRIMERO PERSONA
Por: Verónica Rocha
Lo de hoy son los Paseos. Sí,
esos que cierran el paso a la vialidad motorizada con la intención de darle más
presencia al peatón y más espacios de expresión a la ciudadanía. Fue toda una
sorpresa la noticia del cierre de la Morelos como parte de las obras de la
Macro Plaza en Monterrey, Nuevo León allá por la década de los 80. A la postre
la calle adoquinada se reservó solo para movilidad no motorizada y con ello
darle gran afluencia al ciudadano de a pie. Y se logró.
En Torreón se hizo lo propio (o
eso pretendía) en la avenida del mismo nombre. En el segundo año del Paseo
Morelos no ha logrado ser el espacio público de concentración ciudadana que se
esperaba. Claro, me dirá que ¡cómo qué no! Sino hayas lugar caminando o en auto…pero
solo por las noches gracias a la gran variedad de bares y restaurantes.
Mientras que en el día parece pueblo fantasma, basta darse una vueltecita para
verlo desolado o prestar oídos a los comerciantes que ahí se ubican, quienes
aseguran que no se paran ni las moscas. Gómez Palacio hace trabajos para tener
el suyo.
Pero ¿Qué tiene que ver esto con
la discapacidad e inclusión? Ah, pues el tema lo lanzó como una sentida
consigna la alcaldesa de Lerdo hace unos días a los vecinos de ciudad Jardín
que se oponen a la cristalización del Paseo Sarabia.
En una de esas entrevistas
‘banqueteras’ la munícipe dijo, palabras más palabras menos, que ‘a’i se lo
haiga a esos que se oponen a las obras que pretenden poner más bonita a la
ciudad y desean generar más espacios de inclusión para las personas con
discapacidad ¡Tómala!
Se nota que el tema de las
personas en situación de vulnerabilidad jala sentimientos y hasta recursos económicos
también, pero de eso a garantizar que los famosos Paseos cuenten con diseño
accesible universal está por comprobarse.
El año pasado la presidenta
municipal de Lerdo ‘cantaba’ a los
cuatro vientos las adaptaciones que se realizaron en el primer cuadro de la
ciudad, dícese rampas y nomeclaturas en braille. En la columna “Revelar el Misterio”
del lunes 23 de enero del año en curso, cuestionábamos a qué grupo o estudio
correspondían esas acciones, o venían de
pura buena voluntad. Pa’ pronto el director del Instituto Municipal para el
Desarrollo de Personas con Discapacidad en Lerdo me contestaba vía Facebook,
que el INEGI arrojaba las estadísticas de cuántas personas hay en el país. Wow.
Temo decirles que a la hora de aterrizar
las obras, eso no basta, pues todo lo que concierne a adaptaciones para
personas con discapacidad no solo se avalan de buena voluntad, sino de
certificaciones con estándares internacionales de accesibilidad universal. Y
aunque las personas con discapacidad poseen igualdad de derechos que cada uno
de nosotros por el único hecho de existir, deberían tener garantías para
gozarlos; son ellas mismas, quienes las proponen, estudian, evalúan y aprueban;
se convierten en Autogestores. En España lo hacen a plenitud cumpliendo con la
Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad, esa misma que
México firmó y ratificó. Primero Persona.
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