¿Celebramos?


Columna publicada en edición impresa y digital de Milenio Laguna, martes 28 de noviembre de 2017 

Por: Verónica Rocha

Es una de las noticias que con más frecuencia, desafortunadamente, nos dan cuenta los medios de comunicación. Las dependencias del sector salud, no se han pronunciado por dar una declaración de emergencia o alerta sobre la situación. El caso es que el Homicidio-Suicidio se ha vuelto la ‘solución final’ para aquello que se padece o se sufre.

Si darnos cuenta del suceso es ya desgarrador, saber que se hace entre miembros de la familia de origen lo es aún más. Fue el caso, del que nos enteramos la semana pasada en Durango. Una madre mató a su hijo de 40 años de edad y luego ella se suicidó.

La escena es de por sí estremecedora, pero lo fue aún más al enterarnos que Israel vivía con síndrome Down y era el hijo único de la señora Yolanda; juntos habitaban una casa del fraccionamiento Joyas del Valle de Durango capital.

Los vecinos aseguran que doña ‘Yola’ como cariñosamente le llamaban, mostraba siempre y en todo momento, cuidados hacia ‘Isra’ como era conocido el chico entre los colonos por lo que no se explican cómo pudo pasar la tragedia.

Recuerdan que hacía un tiempo, Israel fue diagnosticado con cáncer, lo que debió poner en un severo estrés a su madre, pues incluso tenían varios días sin verlos salir de casa.

El homicidio-suicidio de Yolanda-Isarel ha sido nota de carácter nacional e internacional sin que hasta ahora ninguna autoridad dedicada a la atención de personas con discapacidad haya manifestado alguna condolencia por el deceso, o emitir alguna preocupación por los servicios y atenciones que se otorgan a los adultos jóvenes con Down y sus familiares en Durango, en México, en el mundo.

Eso sí, la serie de actividades a modo de celebraciones o conmemoraciones en torno al Día Internacional de las Personas con Discapacidad del próximo domingo 03 de diciembre han estado a la vista, sobre todos en redes sociales.

Ni los activistas por los derechos de las personas con discapacidad se han visto, ojo, no aseguro que no los haya, los ha de haber, pero no se han notado con determinación para fijar una postura en torno a las políticas públicas que el estado tiene en marcha, cuestionar su cobertura casi exclusivamente en la atención temprana, primera y segunda infancia.

Si las situaciones del diario vivir nos obligan a demandar más y mejores programas en vías a dar atención a las personas con discapacidad en un enfoque de dimensión de persona y sujeto de derechos, más aún en episodios con un cuatro de depresión extremo que terminan con la vida de otra persona y la propia. ¿Celebramos? PrimeroPersona

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