Accesibilidad cognitiva, necesaria para chicos con TEA

"Cuando hablamos de accesibilidad cognitiva debemos tener en cuenta que todos los elementos del entorno deben estar al servicio de las personas y que deben integrarse en el espacio de forma coherente y equilibrada, de modo que no podemos primar unos sobre otros."
Laura García, responsable del área de Proyectos y Desarrollo de Autismo España


Laura ocupa este cargo desde que se incorporó a la Confederación en 2008. En estos diez años ha coordinado y gestionado numerosos programas dirigidos a mejorar la calidad de vida de personas TEA y sus familias, en áreas clave como la promoción del empleo y la inclusión laboral, la inclusión social y la participación ciudadana y la formación y capacitación de profesionales, familias y personas con TEA.  Además, coordina el Grupo de Trabajo sobre Accesibilidad Universal (GTAU) que Autismo España puso en marcha el pasado mes de septiembre, con el objetivo de fomentar la accesibilidad cognitiva y mejorar la comprensión del entorno y el acceso a los bienes y servicios a las personas con TEA. Este grupo está formado por profesionales de distintas entidades confederadas con amplia experiencia en el desarrollo de acciones y proyectos sobre accesibilidad.

¿Qué objetivos fundamentales persigue el Grupo de Trabajo sobre Accesibilidad Universal puesto en marcha por Autismo España?
La finalidad principal es el diseño de un plan de trabajo de ámbito estatal que contribuya al desarrollo de acciones de promoción de la accesibilidad cognitiva para las personas con TEA. En este sentido, abordaremos varias líneas de actuación, entre las que destacamos:
  • La promoción del desarrollo normativo en materia de accesibilidad universal, así como la defensa e incorporación de la accesibilidad cognitiva como elemento garante y fundamental del derecho de las personas con TEA en el acceso a bienes y servicios en igualdad de condiciones.
  • La generación de conocimiento y concienciación sobre las barreras cognitivas de los entornos, bienes y servicios.
  • La promoción de la accesibilidad de espacios comunitarios a través del desarrollo de planes de trabajo y recursos facilitadores.
En resumen, en el GTAU vamos a trabajar activamente en acciones que promuevan la accesibilidad cognitiva en los distintos entornos en los que las personas con TEA se desarrollan y que faciliten su participación a través de elementos que simplifican la información (lectura fácil), que adaptan los mensajes a sistemas alternativos y aumentativos de comunicación (pictogramas, carteles, audio, etc) o que contribuyen a la orientación en los distintos itinerarios disponibles (señalética, tecnología, etc).
Cuando hablamos de accesibilidad, normalmente pensamos en accesibilidad física pero, en el caso de personas con TEA, lo que más les afecta es la accesibilidad cognitiva. ¿En qué consiste exactamente?
En general, decimos que un entorno es accesible cuando todas las personas pueden disfrutar y participar en él independientemente de sus capacidades, necesidades o expectativas. Partiendo de esta premisa, la accesibilidad cognitiva se refiere a aquellas condiciones que debe tener un entorno para que la información sea comprensible por todas las personas y que permita su plena participación en los servicios y bienes que la sociedad ofrece en igualdad de condiciones.
¿Por qué es imprescindible para una persona con TEA que el entorno en el que se mueve sea comprensible?
El entorno en el que la persona se desarrolla es el medio que permite su interacción social, personal, cultural y profesional. Para las personas con TEA, es necesario que el entorno sea comprensible y, para ello, la información de los espacios debe estar dispuesta de forma sencilla. Solo así podrán participar del entorno de forma autónoma, eliminando barreras y mejorando su autonomía, su autoestima y su calidad de vida.
Por lo tanto, es fundamental que entendamos la discapacidad como una característica de la persona, que debe estar integrada en el modelo de diseño para todos, de modo que los espacios cuenten con elementos facilitadores que permitan la orientación y participación de forma autónoma de todas las personas.
¿Qué aspectos se incluyen dentro de esa comprensión del entorno?
Como ya he comentado, los espacios deben permitir el intercambio de información y la comprensión de ésta, que no suponga una barrera a la comunicación en sí mismo. Es importante identificar aquellos elementos que pueden dificultar la comprensión y simplificarlos a través de técnicas de escritura, lectura y señalización que sean comprensibles para todos (lectura fácil, pictogramas, sistemas de comunicación aumentativa y alternativa, diseño accesible de textos e imágenes, etc.). En este sentido, es fundamental tener en cuenta una serie de elementos que determinan la comprensión o no de los mensajes, como el lugar o la posición en que se sitúen, los colores que se usen, los contrastes, el tamaño de los textos, etc.
Por otro lado, los espacios deben permitir que todas las personas se orienten y puedan moverse de forma segura y sin barreras. Para ello es imprescindible tener en cuenta la percepción visual, especialmente en aquellos de grandes dimensiones o con exceso de estímulos ambientales, que pueden modificar la percepción del espacio y provocar situaciones de estrés o bloqueo en la persona. Por ejemplo, algunas medidas a incorporar podrían ir dirigidas a  simplificar los espacios, eliminar elementos que no facilitan ninguna información útil o que duplican información, evitar segmentaciones que provoquen confusión e indicar señales para sustituir la falta de claridad y de accesibilidad.

En tu opinión, ¿en cuál de estas áreas es más necesario incidir para garantizar la accesibilidad cognitiva?
Cuando hablamos de accesibilidad cognitiva debemos tener en cuenta que todos los elementos del entorno deben estar al servicio de las personas y que deben integrarse en el espacio de forma coherente y equilibrada, de modo que no podemos primar unos sobre otros. Probablemente, por las características de los TEA, tendemos a pensar en aquellos que son más visuales (como los pictogramas o la señalética), pero de poco sirve la utilización de pictogramas si éstos no se diseñan, sitúan e integran adecuadamente en el espacio (altura, tamaño, color, contraste, etc.).
Es preciso diseñar siempre desde la perspectiva de diseño universal para todos y no abusar de ningún recurso o estímulo, por muy novedoso y sencillo que aisladamente pueda resultar, puesto que la sobre estimulación también puede desencadenar  situaciones de estrés y bloqueo en la persona y dejar de ser “facilitador” para ser  “barrera”.
También es cierto que, en los últimos años, la tecnología se ha convertido en un aliado fundamental en el diseño de espacios accesibles y, concretamente, de la accesibilidad cognitiva, no como un elemento del propio espacio sino como un facilitador de la autonomía personal que permite incrementar las habilidades de la persona y su participación en el mismo. La tecnología confiere multitud de posibilidades para mejorar las condiciones de accesibilidad espacial, puesto que permite simplificar la información y adaptarla a las necesidades de cada persona (realidad aumentada, simulaciones de itinerarios, etc).
Si en materia de accesibilidad universal queda aún mucho por hacer, más todavía en lo referente a accesibilidad cognitiva, ya que aún no disponemos de un marco normativo que la regule. ¿Se están dando dado pasos en este sentido?
El concepto de accesibilidad ha ido evolucionando en las últimas décadas desde un punto de vista exclusivamente arquitectónico, que atendía únicamente a las barreras físicas, hacia un concepto más amplio que incluye la comprensión de la información y la participación de la persona de forma autónoma. De hecho, existe numerosa normativa que recoge los derechos de todas las personas como usuarias de bienes y servicios, como la Declaración Universal de Derechos Humanos o la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad. Esta última hace referencia explícita a cómo el entorno condiciona las posibilidades reales de una persona para acceder y participar activamente y en igualdad de oportunidades en los servicios que presta la sociedad.
En nuestro ordenamiento jurídico, la norma más actual en materia de accesibilidad es el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. Pero este texto sigue regulando la accesibilidad universal de forma general, sin desarrollar medidas que protejan adecuadamente los derechos de las personas que precisan elementos facilitadores para entender e interpretar el entorno.
Actualmente, los avances en accesibilidad cognitiva los están liderando organizaciones que, directa o indirectamente, prestan servicios a personas que necesitan adaptaciones para comprender el entorno. Estas iniciativas de buenas prácticas están abriendo el camino hacia un nuevo paradigma de la accesibilidad universal basada en el diseño de espacios para todas las personas.

Vía Confederación Autismo España

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