La forma de comunicarnos


Columna publicada en Milenio Laguna en edición impresa y digital del martes 30 de enero de 2018.

Por: Verónica Rocha

Nuestro asombro fue grande al saber que es un mexicano quien está detrás de la película La Forma del Agua (The Shape of Water), que tiene 13 nominaciones a los Premios Oscar y que hay quien duda (con supuestas pruebas) que la idea original sea de Guillermo del Toro.

Para el colectivo al que pertenecemos, también llama nuestra atención la peculiaridad del guion. Más allá de la historia de amor, amistad, intriga y suspenso en la que se desenvuelve la trama, resaltamos la manera enfática, explícita y siempre posible, en la que Del Toro coloca la comunicación entre dos seres, muy distintos, a simple vista.

Evidentemente ésta, no es una columna experta en crítica de cine, ni pretende serlo, nuestro interés está en subrayar la manera en que el cineasta tapatío coloca en primer plano la poderosa herramienta del lenguaje para comunicarnos, estableciendo como recursos: la mirada, la contemplación del otro y los intentos por establecer un lenguaje que dé paso a la comunicación.

La solitaria Elisa, personaje al que da vida la actriz Sally Hawkins, protagonista de la historia, es una persona no verbal, que se expresa a través de lengua de señas para comunicarse, lo que la ha llevado a ser autónoma, independiente incluso productiva.

La llegada de un nuevo ser vivo al Laboratorio donde trabaja haciendo la limpieza, y que está destinado a padecer una serie de experimentos, la ponen frente al reto de mirarlo de manera compasiva para acompañarlo, entenderlo y hasta salvarlo: “Cuando me ve, la manera en la que me ve, él no sabe cómo estoy incompleta. Me ve por lo que soy, como soy” expresa Elisa, en uno de sus diálogos.

Es el desafío al que se encuentran cotidianamente las personas con discapacidad y sus familias, sobre todo aquellas que tienen una peculiaridad para comunicarse con su entorno o quienes de manera definitiva tienen un reto para hacerlo. Es aquí donde radica la riqueza de la película para el colectivo, pues además de visibilizarlos, les da su justo brillo de dignidad en cuanto a personas, sin importar apariencia o retos por enfrentar.

-Giles: “Mira, ni siquiera es humano.” - Elisa: (en lenguaje de señas) “Si no hacemos algo, nosotros tampoco.” Es otro de los diálogos que vemos en la película y que seguramente, al igual que yo, has escuchado que insinúan, cuando a las primeras de cambio se quiere claudicar en la encomienda de la formación y atención a las personas con discapacidad. Del Toro muestra fidedignamente que la dignidad del ser humano se reconoce en la forma de comunicarnos. PrimeroPersona.


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