La imperiosa necesidad de no perder el ciclo escolar
Por:
Verónica Rocha
La
actual situación de emergencia sanitaria por COVID19 en el mundo y el país, no
se escapa del humor y el ingenio mexicano. Nosotros y probablemente solo
nosotros hacemos de nuestras historias de tragicomedias todo un recurso para
conectar con el humor negro.
Ahí
están los afamados memes, que, en una pequeña imagen y la composición de una
frase con cuatro o seis palabras nos muestra nuestra realidad, nos identifican
y nos saca una carcajada.
Ejemplos,
muchos, yo cito acá, aquellos que muestran los malabares que hacemos las
mujeres para atender tooooodos los quehaceres del hogar…ah, porque que los
trabajos domésticos aún tienen cara de mujer.
Encima,
nos la tenemos que arreglar para tener el tiempo de sacar foto de cada hoja del
trabajo hecho por nuestro hijo, mandarla al correo profesor; el otro chamaco,
ya te está esperando para que le lleves el material del día con el que va a
trabajar, no sin antes haberte pasado hora y media tratando de adaptar la
actividad, pues tu crío vive con una discapacidad: 1. Describe cómo funciona el
aparato digestivo, 2. Investiga
alimentos que nos proporcionan mayor porcentaje de energía, 3. Enumera las
partes básicas de una computadora, 4. Investiga sobre el sistema operativo de
Word …y así las actividades desglosadas en tres hojas ¡uf!
¿Y
si en esta cuarentena en lugar de conocer cómo funciona el sistema digestivo
los acercamos a que conozcan cómo funciona la cocina y de paso que aprendan
como se limpia de principio a fin? ¿Y si en este encierro en lugar de que
conozcan el sistema operativo de la compu conocen cómo programar un ciclo en la
lavadora y de paso cómo separar la ropa para su cuidado? ¿Y si en lugar de
convertir nuestra casa en una extensión de la escuela la convertimos en un
espacio para el aprendizaje del diálogo y los acuerdos, ante los conflictos?
Sé
que hay un serio temor por perder el ciclo escolar y no tener pronto la
posibilidad de recuperarlo, pero en realidad, lo que está en riesgo, es perder
la noción de la imperiosa necesidad de encontrar la valía de la existencia del
Ser Humano y la vida, de enfrentar la contingencia con certeza, responsabilidad
y solidaridad, de SALIR VIVO de ella o quedarse en el camino. PrimeroPersona.
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