Caminito de la escuela
Por: Verónica Rocha
Un nuevo ciclo escolar representa la ilusión de una nueva aventura
académica. El inicio del 2020-2021 se antoja como una osadía. La Secretaría de
Educación Pública determinó, mediante un convenio, que serán los medios de
comunicación tradicionales de cuatro cadenas de televisión nacionales, entre
ellas Milenio Televisión, las vías para llevar aprendizaje a poco más de 30
millones de alumnos de los niveles preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.
Una de las grandes y sentidas incógnitas de los padres y madres de familia
con un hijo o hija con discapacidad, incluso de los propios docentes, es
conocer si esta vez los contenidos serán completa y realmente accesibles, ya
que en el arranque del programa Aprende en Casa por el mes de marzo ante la
emergencia sanitaria provocada por el COVID19, no ofrecían las adecuaciones
necesarias para personas sordas o ciegas, mucho menos para aquellas con retos
cognitivos.
Este fin de semana, Esteban Moctezuma Barragán en su conferencia vespertina
abordó el tema de la educación especial donde aseguró que el Aprende en Casa II
contempla desde el inicio lengua de señas mexicana, libros de texto braille,
macrotipo y los propios docentes se convertirán en los conductores de los
programas. Toda la barra académica desde su contenido hasta su producción
correrá a cargo del personal de la SEP y el programa de educación especial lo
está asesorando TresDoce, uno movimiento en pro de la inclusión; las
televisoras solo la reproducirán.
Se antoja alcanzable la exigencia de la accesibilidad para aquellos alumnos
sordos o ciegos, pero no se ve fácil para las personas con discapacidad
intelectual o con autismo, por ejemplo. Sabemos del gran desafío que es para
los docentes aterrizar el contenido de los aprendizajes fundamentales en clases
presenciales, imagínelo ahora desde la proyección televisiva, más desafiante
aún.
La compañía de la sociedad civil organizada como TresDoce para la
realización de los programas, nos da un poco de esperanza para que las clases
no se vuelvan un discurso motivacional dirigido a padres y madres al borde de
un ataque de nervios (que bien puede servir) sino una cercana y certera forma
dinámica e innovadora para que capten la atención de nuestros chicos con
discapacidad y permanezcan el tiempo indicado frete a la pantalla, eso sería
bastante.
Primero Persona.
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