¡De terror! 3/3

 

El hallazgo de un joven de 17 años con autismo envuelto en una sábana, amarrado con cinta adhesiva y encerrado en una jaula en Hogares de la Caridad en el estado de Jalisco, fue de los casos más cruentos de los que dio cuenta el Informe Crímenes de Lesa Humanidad Décadas de Violencia y Abuso en las Instituciones para niñas, niños, adolescentes y adultos con discapacidad (2015-2020), pero hay más, lamentablemente. Las y los investigadores de Disability Rights Internacional (DRI) recibieron extensos testimonios de abuso físico y sexual en instituciones como Casa Esperanza, CDMX donde el director admitió que esterilizan a las mujeres y niñas con discapacidad bajo la excusa de ‘no poderlas proteger de ser violadas por los trabajadores del lugar’.  A pesar de estar prohibida esta práctica en el Código Penal de 18 estados, las regulaciones federales permiten la esterilización a mujeres en base a la Norma Oficial Mexicana-NOM 005 que establece que el ‘retraso mental’ es un indicador de esterilización. La del Centro de Rehabilitación Fortalécete en Cristo de Baja California donde el director reveló que controlan a las personas con discapacidad ‘esposándoles las manos, les atan los pies y los dejan boca abajo durante horas’. O la del psiquiátrico El Batán, Puebla donde informaron que en los últimos dos años al menos 98 de 300 personas con discapacidad han muerto en los últimos dos años, por el ‘mal uso de medicamentos psicotrópicos’. Ante estas y otras historias espeluznantes México se exhibe como un país en el que aún se registran practicas degradantes e inhumanas hacia las personas con discapacidad institucionalizadas por el propio sistema DIF, pero, sobre todo, los abusadores no rinden cuentas ante las autoridades, con lo cual se propaga una cultura de impunidad, a pesar de que nuestro país debe dar informes al Comité sobre los Derechos de la Personas con Discapacidad de Naciones Unidas. Además, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) puso sobre aviso a México sobre la gama de derechos fundamentales que son violentados en las personas con discapacidad, que no solo perpetúan las prácticas de gran severidad, son sino que son equivalentes a crímenes de lesa humanidad  ¡De terror! Primero Persona.

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Publicado originalmente el martes 16 de noviembre del 2020

https://www.milenio.com/opinion/veronica-rocha/mundo-inclusivo/de-terror-3-3